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dayafterday

Esperando...

Esperando... Eso, esperando a que un día me necesite. Pero quizá tengo demasiada poca paciencia y un día me canse de todo esto y lo mande todo a la mierda huyendo de todo y de todos.

A veces cada día que empieza es un logro para mí. Mentiría quien dijera que cada ocaso no teme al menos una milésima de segundo que ese pudiera ser el último ocaso que viera. Ayer durante el viaje pude ver un ocaso de esos que ponen a uno los pies de punta. Lo peor de todo es que no sabía si temer porque pudiera ser el último o por todos los que me esperan.

Salamanca, al igual que París no fué una fiesta, pero al menos me hizo pensar un poquitín menos en lo de siempre. Demasiada Dreamcast y vodka, pero un fin de semana así le viene bien a casi todo el mundo. Lástima que el mero hecho de entrar otra vez en casa hace que se me caiga el alma al suelo, y que el sentarme en esta silla, delante de este ordenador haga también que vuelvan a surgir los mismos problemas de siempre, los mismos agobios, los mismos rayazos.

Y sobretodo Ella.

Estos días me he cuestionado si realmente tener su presencia al lado a pesar de que todo parezca que haya acabado es bueno o no para mí. Normalmente cuando en mi vida solía necesitar olvidar a alguien tristemente siempre he tomado el camino más cobarde y más sencillo, no volver a verla, no pensar, no pasar por los mismos sitios, no sentarme en los mismos bancos, olvidar, simple y llanamente dejar las heridas secar al sol y esperar a las próximas. Así de cobarde y de triste.

Lo peor de todo es tener que disimular, sonreir, no ser yo mismo, dar manos, besos, saludos, bromas y sentir otra vez más todos esos anzuelos clavados en las sienes y esas tremendas y enormes ganas de llorar casi continuas que he de guardarme para soltarlas a saber dónde o cuando, pero que indefectiblemente acaban cayendo porque sino ¿A dónde irían las lágrimas que no derramamos...?

Y peor aún todavía es saber que de un momento a otro te vas a derrumbar y sigues sonriendo, sigues pensando en todo lo que te rodea viendolo todo desmoronarse, caminando por las ruinas de lo que en otro tiempo solía ser y así pués, al fin, cuando me derrumbo por completo siento que al fin soy libre de todas esas sonrisas, de esos comentarios estúpidos y de todo aquello que no me importa lo más mínimo en la vida y que sin embargo, se encargar de rodearme, abrazarme y ser mi costra o a estas alturas de la mañana sin apenas haber dormido ya no se si yo soy costra de ello o ello de mí...

Triste día amigo, triste día en el que lo primero que pienso es toda esta mierda que llevaba acumulada por dentro y que de alguna u otra manera tenía que salir...

Escuchando [A Perfect Circle-The Noose]

1 comentario

rODRIGO -

Muy bueno