Kerry Gene Adkisson
animal cobarde polimultihormonado
rey del cero coma que representa la realidad que conociste
y que tomaste como dueño con aires de Mcbeth enamorado
ofrendas al ejército y dedos de esponja amarillos hacia arriba
marioneta que recibe los golpes y hace ricos a ricos en nuevos sofás de cuero negro
mientras tu vivías en una sensación continua de estar contra las cuerdas
ante problemas mongólicos y pies de plomo que cuando no los mirábamos
se fueron ellos por si mismos demasiado lejos
la droga te mantenía despierto entre campos de azahar y esencias de patchuli rancio
aquello era el bullicio vs el murmullo cuando tu sintonía ensordecía y creaba aquella catarsis especial
quizá llegaste a darte cuenta de que presumir de autoestima no es bueno cuando en realidad se carece de ella
y todo lo demás fué una autopista de montaña que picaba hacia abajo
hacia un final de sobra consabido y pactado
allá donde no se conciben las vueltas hacia atrás
puto mundo donde la corriente te lleva y además crees avanzar
nadie recuerda tu sonrisa bobalicona ante una sorpresa agradable
ni tu mal humor al despertar y ver como paisaje el grasiento smog de Cincinatti,
tampoco aquellas mañanas muertas en tu gimnasio de barro y odio
ni la preocupación de tu madre justo antes de la hora pactada para que salieras a luchar
[nadie tiene hijos para verlos sufrir en pay per view]
y posiblemente tampoco sea recordada tu valentía de escorpión aquel día después de haberlo hecho tan rematadamente mal
que incluso lograste darte cuenta de que tus trentaytres marcaban como a Cristo tu final
rompiste el aire inabarcable de tu pecho asmático con una bala
mataste tus huesos quebradizos un 18 de febrero
sin importarte si aquel viento que venía del sur se convertiría en un fuerte tornado
o si por el contrario aquella brisa agradable
se iría sin dejar rastro para no volver jamás.