Frente a la estación
Sólo en casa, como de costumbre. Un día cualquiera en los que no hay nada que hacer. Llueve y la nube que tengo justo encima está enfadada y descarga con fuerza su llanto contra mi ventana.
En la vieja estación de Alsa ya nadie despide a nadie. Un gris plomizo y sucio lo inunda todo y la soledad gana la partida una y otra vez, aunque no estoy seguro de que cuando estos andenes estaban repletos de gente llegando y saliendo no ganara también. Nadie que esté sólo puede echarle un pulso en igualdad de condiciones contra la soledad.
Duermo y despierto. En el ordenador mis sueños y alguna que otra conversación sin importancia, en la cadena Extreme y en mi cabeza tú y sólo tú, con eso me basta para encerrarme en mi mundo, un mundo sin importancia en una ciudad perdida y oscura. Oviedo no ha sabido nunca pintarse de ningún otro color que no sea el de sus vetustas piedras. Ese color se contagia y ya vive en nuestras almas. A veces me hace creer que jamás volveré a ver la luz.
En la vieja estación un gato merodea por dónde antes estaban los andenes. Es curioso, pero me ha hecho sentir un poco menos sólo, quizá porque otra vez he vuelto a pensar en ti. Lo intento, creeme que lo intento, pero es más difícil de lo que piensas olvidarte. Seguiré intentándolo. Perdona si no lo consigo.
Y si hoy no vienes a verme que sepas que tengo un plan sensacional. Una vieja película que ya he visto, algún partido mediocre, quinientas canciones de rock y mis ojos bañados en el vidrio de recordarte, un vidrio tosco y afilado, dolor, mucho dolor, y tú como siempre lejos, como siempre tan lejos
Y si quisieras venir a visitarme podrías hacerlo. Estoy sólo en casa, tengo tizas e ilusiones, podríamos pintar nuestro cielo en el suelo, volar irnos lejos de esta puta ciudad y perderlo todo y qué mas da. Si quisieras podrías hacerlo, esta tarde yo te espero te espero
Escuchando [The mars volta- Inertiatic esp]
En la vieja estación de Alsa ya nadie despide a nadie. Un gris plomizo y sucio lo inunda todo y la soledad gana la partida una y otra vez, aunque no estoy seguro de que cuando estos andenes estaban repletos de gente llegando y saliendo no ganara también. Nadie que esté sólo puede echarle un pulso en igualdad de condiciones contra la soledad.
Duermo y despierto. En el ordenador mis sueños y alguna que otra conversación sin importancia, en la cadena Extreme y en mi cabeza tú y sólo tú, con eso me basta para encerrarme en mi mundo, un mundo sin importancia en una ciudad perdida y oscura. Oviedo no ha sabido nunca pintarse de ningún otro color que no sea el de sus vetustas piedras. Ese color se contagia y ya vive en nuestras almas. A veces me hace creer que jamás volveré a ver la luz.
En la vieja estación un gato merodea por dónde antes estaban los andenes. Es curioso, pero me ha hecho sentir un poco menos sólo, quizá porque otra vez he vuelto a pensar en ti. Lo intento, creeme que lo intento, pero es más difícil de lo que piensas olvidarte. Seguiré intentándolo. Perdona si no lo consigo.
Y si hoy no vienes a verme que sepas que tengo un plan sensacional. Una vieja película que ya he visto, algún partido mediocre, quinientas canciones de rock y mis ojos bañados en el vidrio de recordarte, un vidrio tosco y afilado, dolor, mucho dolor, y tú como siempre lejos, como siempre tan lejos
Y si quisieras venir a visitarme podrías hacerlo. Estoy sólo en casa, tengo tizas e ilusiones, podríamos pintar nuestro cielo en el suelo, volar irnos lejos de esta puta ciudad y perderlo todo y qué mas da. Si quisieras podrías hacerlo, esta tarde yo te espero te espero
Escuchando [The mars volta- Inertiatic esp]
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