Una vieja leyenda china...

En las horas mágicas del amanecer y el anochecer los amantes logran por unos minutos rozarse y hasta parece que se podrán encontrar, pero eso nunca sucede. Díce la leyenda que si prestas atención puedes escuchar, a veces, sólo a veces, el lamento de la noche y el cielo rojo de rabia del día por tener que separse justo cuando parece que se van a encontrar del todo.
A veces los dioses se apiadan de la desdichada pareja y les conceden unos breves momentos felices de encuentro, a los que algunos llaman eclipses, durante los cuales los dos amantes hacen el amor para luego volver a separarse y tener que conformase con tan sólo rozarse hasta que los dioses vuelvan a apiadarse de ellos y les vuelvan a conceder otro eclipse.
Tú y yo también esperamos nuestro eclipse, ahora que hemos comprendido que ya nunca volveremos a encontrarnos, que nos conformamos con vernos, mirarnos, a veces rozarnos, y así nos damos cuenta que ambos estamos condenados a vivir separados, a ser tú la noche y yo el día...
Escuchando [The doors - Indian summer]
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