Soledad...

Imagino mi cuerpo sumergido en fluido fetal otra vez para lograr vislumbrar un poco de felicidad dentro de la incertidumbre de que es lo que te espera ahí afuera o lo que no. Soy el hombre metáfora, el que nunca menciona las verdaderas palabras que asolan y pueblan constantemente su vida. El que olvida donde ha estado ayer y espera olvidar pronto donde hoy o mañana.
Respiro y siento que la echo de menos como jamás a nadie y qué más dá si al final es todo un simple juego en el que como siempre pierdo y he sido engañado. A veces pienso que no puede ser tan dificil todo esto y que son sólo imaginaciones mías las que me hacen soñar constantemente con evadirme de todo esto. Meto la pata, la meto más y más y la vuelvo a meter cuando me doy cuenta otra estúpida vez de que no estoy ni siquiera preparado para ir a dar un paseo contigo por el monte, o simplemente por la ciudad. Mi autonomía es breve y mi batería está podrida quien sabe de qué. Mi cerebro llora conmigo a solas y se encarga de dormirse y llevarme con él. Libros de autoayuda, concentración y esa estúpida carrera de vallas a la que me veo sometido cada vez que siento que voy a explotar y me voy lejos para no salpicar a nadie con lo que llevo dentro. Tristeza y un ¿Porqué a mí?.
No es la chica ideal, pero supongo que la he querido y la quiero. Como nunca antes a nadie...
Escuchando [Fito y los Fittipaldis - Al mar]
0 comentarios