5 lineas de gloria

Sentarse delante del ordenador a escribir sin saber realmente lo que vas a contar es un ejercicio espeluznante. Al final, cuando relees todo lo que escribes te encuentras con una radiografía totalmente perfecta de qué es lo que siente un@ mism@ en ese preciso instante perdido en escribir, pensar, dejarse llevar...

Pero cuando pasan días, muchos días, ya más de un año en este blog, y más de 12 en total, en la versión anterior de esto que escribía en aquellos blocks clairefontaine que desaparecieron para siemrpe a la vez que los grandes almacenes en los que solía comprarlos (en Galerías era), me encuentro con que la misma sensación de vacío que tenía allá por el 92 es la que me sigue embargando desde entonces, como una puta camisa de fuerza de la que es imposible desprenderse. Estoy harto de mí y de Ellas, todas iguales, todas han dejado su muesca de dolor en mi alma, todas, absolutamente todas, y la verdad es que ninguna ha conseguido elevarme lo suficiente como para olvidar el puto pozo en el que sin querer caigo y vuelvo a caer con la ilusión de que mi vida siga siendo una autovía hacia la muerte, un camino rápido y cómodo, pero sin paisaje alguno, sólo con la intención de llegar y morir y punto. Así de triste...

¿Dónde están mis 5 lineas de gloria? No lo se, supongo que no las he escrito aún. Eso, creedme que es lo único que me reconforta.

Trístemente lo único...

Escuchando [Nacho Vegas-Huecos]