Krupp

Perder el tiempo es una muy noble labor que a mí personalmente me aberra. Ahora mismo podría estar perdiendo el tiempo, pero por algún lado debe salir toda esa rabia acumulada en el cuerpo cuando ves que no todo va como quisieras, o que no todo sale según los presagios esperados. La buena fe no existe y de eso uno se da cuenta en cada esquina, en cada rincón cuando ves que todo va junto a la injusticia, la pena, el desorden y el caos negativo.
Por la noche muchos días no duermo y salto y salto entre mis problemas y mis pequeñas historias de cada día en las que ves como un pequeño gesto crea un efecto mariposa que siempre tiende a tumbarme, además de poder ver también la claridad de la única rendija de mi persiana. He pensado en irme lejos lejos lejos, pero no tengo billete, y no me apetece una ida sin saber si habrá una miserable vuelta.

Supongo que mi adolescencia ha durado 12 años o 13 y que ya va siendo hora de dejarlo.

Durante estos últimos meses me he dado cuenta de que Krupp ha sido uno de los mayores visionarios de la historia. Además de haberse forrado vendiendo acero para la construcción de carros de combate nazis durante los años 30 y 40, Krupp dijo que no quería mano de obra inteligente y con estudios, sino que quería estupidos obedientes que no se supieran cuestionar a donde iba aquel o aquel otro rollo de acero. Su misión acababa en la vía del tren en el que lo enviaban, y nunca nadie debái pensar a donde iba todo aquello, a que iba destinado aquel acero...

Krupp tenía razón y yo creo que he pensado demasiado. No estoy diciendo para nada que sa un superdotado, ni que tú, que no se porqué estás leyendo esto ,seas más o menos tonto que yo. Para nada. Solo que unos olvidamos los problemas más tarde que otros, y eso es jodido, muy jodido, pero lo peor es no ver una salida al callejón en el que me meto poco a poco. No soy más listo que tú, solo que creo que he aprendido a perder demasiado bien y ya no puedo desligarme psiquicamente de ese perdedor que todos en alguna vez hemos sido.

Es ley.