El momento anterior de sentirse realmente un perdedor.

La sucesión de días sigue su curso, impasible y con enormes posibilidades de llegar a ser eterna y aquí sentado en el puesto 5 de la puta sala de ordenadores de mi facultad hago una de las cosas que más odio hacer en la vida. Pierdo el tiempo.

Parece que atrás quedaron los tiempos felices del pasado, atrás quedaron los besos de a quien en realidad yo quería, atrás, en un pasado mugriento y sepia quedan aquellas tardes en las que las penas eran penas igualmente, pero menores, porque ahora simplemente todo parece peor y peor.

Y yo, cada amanecer resurjo unos segundos para volver a caer en la espiral de pesimismo de siempre, en el saber que aunque luche, aunque siga aquí al pie del cañón, en el fondo no soy nada, una muesca temerosa de hacer el ridículo como siempre. Mi boca puee no traicionarme, mis dedos sí ,y desde mi mediocridad labrada día a día desde hace unos 8 o 9 años sigo pensando...

Sí... francamente esta vez me he equivocado....